Los niños pequeños pueden ser los críticos culinarios más despiadados. No importa la dedicación y el cariño que un padre o una madre pongan en cocinar para sus hijos: un niño de dos años no tiene el más mínimo reparo en rechazar hasta el manjar preparado de la forma más amorosa.
Hay niños que solo aceptan ciertos tipos de alimentos y otros que rechazan cualquier comida que no hayan probado antes, un comportamiento definido como ‘neofobia alimentaria’. Las dos condiciones pueden coexistir, pero, si la neofobia es muy común y motivada en gran medida por razones evolutivas, las dificultades alimentarias más generales se muestran solo en algunos niños y las causas están todavía bajo investigación.
Hay niños que rechazan cualquier comida que no hayan probado antes, un comportamiento definido como ‘neofobia alimentaria’
Los pequeños son conservadores por naturaleza
La zoóloga del Trinity College de Dublin, Nicola Marples, sugiere que, en lugar de fobia, sería más apropiado hablar de ‘conservadurismo alimentario’ y, de acuerdo con sus investigaciones, asegura que en cualquier población de animales, dos tercios de los individuos son aventureros cuando se trata de probar nuevos alimentos, mientras que el tercio restante es más prudente.
De hecho, a muchos animales, desde gorilas hasta ratones, no les gusta experimentar nuevos ‘platos’. “Forma parte de una respuesta de defensa de la especie: el alimento puede ser tóxico. Aunque tradicionalmente se interpretaba ese rechazo como el negativismo asociado al desarrollo del ego, es más lógico pensar que se trate de una respuesta adaptativa. La exposición repetida, no seguida de consecuencias gastrointestinales negativas (náuseas y vómitos), lleva a una aceptación progresiva del nuevo alimento”, asegura el Dr. José Manuel Moreno, coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría.
Fuente http://www.lavanguardia.com/comer/tendencias/20171128/433266671416/por-que-muchos-ninos-son-tiquismiquis-con-la-comida.html