Diversos estudios concluyen que el 20% de los propósitos de año nuevo se pierden dentro de la primera semana de enero, y por lo menos el 80% se abandonan a lo largo del año.
Pero la gran pregunta es: ¿Por qué? Y otra pregunta aún más grande es: ¿Qué podemos hacer para remediarlo?
Aquí algunas respuestas:
- El pensamiento de “todo o nada”. Los propósitos nos preparan para el fracaso atrayéndonos hacia el pensamiento de todo o nada. La mayoría piensa en términos de “mantener” sus propósitos o “romperlos”. No hay un término medio, sólo los extremos.
- Toma en cuenta los progresos y no te estanques en los retrocesos. Después de dos semanas de comer saludablemente y hacer ejercicio se compran un helado, y en lugar de premiarse a sí mismos por esas dos semanas de sólido progreso, se castigan por causa de un retroceso menor.
- No tener un plan por una mala preparación de metas y su olvido. Los estudios muestran que quienes hacen sus propósitos y los mantienen durante el año, utilizan los principios ya probados para establecer metas que los ayudarán a estar enfocados, motivados y confiados.
- El síndrome de “sería bueno lograrlo”. Es cierto que les gustaría estar en forma, o dejar de fumar, o tener mejores relaciones, o lo que sea. Pero para el 7 de enero se enfocan en situaciones que son supuestamente más presionantes o se atoran “apagando fuegos”. Sus metas a largo plazo “agradables de tener”, se mantienen guardadas y pronto se olvidan. Los que mantienen sus metas, encuentran maneras de mantenerse confiados y de continuar hacia delante en las cosas que realmente son importantes para ellos.
- No tener visión. El poder motivador de cualquier meta viene de verdaderamente comprender porqué lo quieres. Pero la mayoría de los hacedores de propósitos no piensan en sus motivaciones más profundas. El sólo hecho de querer perder 5 kilos sólo porque sí, puede ser una buena meta pero no será suficiente para motivarte cuando tengas que hacer sacrificios o sufras retrocesos. Pero sí tendrás esa motivación si sabes que mantenerte en forma significará tener más energía para jugar con tus hijos o para ir a una excursión con tus amigos.
- Hacer demasiados propósitos. Es más fácil enfocarse en una o dos metas, que en 10 o 20. No hagas una lista inmensa de propósitos, elige dos o tres que sean importantes para ti. Si los logras antes de que el año termine, ¡fantástico! Entonces puedes elegir uno o dos más a mediados de año.