Las manos se encuentran expuestas a todo tipo de condiciones climáticas, agua,
jabones detergentes... Así, no es de extrañar que presenten más signos de envejecimiento y descuido que otras partes del cuerpo que permanecen protegidas. A la hora de lavarlas, es básico hacerlo con jabones no muy fuertes, como el de coco o
almendras, pues los que son muy alcalinos deterioran el pH natural de la piel, ligeramente ácido, lo que se traduce en sequedad, aspereza y enrojecimiento. Te recomendamos
jabón de espuma para manos.
Además es importante hidratarlas a diario con una
crema de olivo.
Si la aplicas con un suave masaje y luego cubres la manos con guantes de algodón toda la noche, verás resultados.
En cuanto a las uñas, han de cortarse y limarse regularmente y, sobre todo, no morderlas. Para limpiarlas, reforzarlas y darles buen color, prueba a frotarlas con la piel de un limón.