Haz cuatro o cinco comidas al día para mantener unos niveles de glucosa adecuados en la sangre. No te saltes el desayuno para que tu rendimiento intelectual no se vea alterado. No abuses de los carbohidratos simples (azúcar y dulces) y opta por los complejos, que proporcionan la mejor energía.
Legumbres. Lentejas garbanzos, soya y derivados... Ricas en vitaminas del grupo B, contienen lecitina, necesaria para fabricar el neurotransmisor acetilcolina, ligado a la función de la memoria. Los fitoestrógenos de la soya previenen la pérdida de la memoria.
Cereales integrales. Arroz y pastas, pan germen de trigo, avena... Contienen lecitina y son ricos en vitamina B.
Frutas y verduras de hoja verde. Tienen propiedades antioxidantes (vitamina A, C, E y selenio).
Frutos secos, semillas y marisco. Contienen vitamina E. También está presente en aceites vegetales y semillas y en el germen de trigo.