Ni el champú más caro, ni el de la marca más recomendada harán que nuestro cabello luzca sano si nosotros no lo alimentamos desde adentro, es decir, sino consumimos alimentos que le ayuden a generar nutrientes que lo ayuden a mantenerse.
El clima es uno de los principales enemigos de la cabellera, si en verano el sol y agua clorada de la alberca lo debilitan, en invierno la baja temperatura también puede dañarlo, señala la dermatóloga Lola Conejo-Mir, integrante de la Academia Española de Dermatología.
La primera recomendación de la especialista es utilizar un champú libre de alcohol, fragancias y conservantes. Lo mejor para mantener un cuero cabelludo sano es utilizar un champú suave o neutro.
En caso de tener alguna patología en el cuero cabelludo, como dermatitis seborreica o psoriasis, es mejor combinar el uso de champú neutro con el tratamiento adecuado para evitar irritar de forma excesiva la piel.
Los productos específicos para el tipo de pelo que se tenga: rizado, liso o teñido, pueden utilizarse de forma continua o se pueden alternar, pues desde el punto de vista dermatológico no son diferentes.
En cuanto a la periodicidad del lavado del cabello, depende de cada persona y la producción de grasa que tenga, pero es importante saber que no lavar el cabello no va a hacer que se produzca menos grasa. El consejo es lavarlo tan frecuentemente como se ensucia.
Otra anotación que debe tomarse en cuenta es no confiar en los productos que promenten hacer un cambio que fisiológicamente es inviable. "No van a hacer que el pelo sea más sano, para eso hay que alimentarlo desde el interior", señala la dermatóloga.
Fuente: http://www.sumedico.com/nota17079.html