Abre la ventana media hora al día y ventila tu casa. Cuando una estancia huele ‘’a cerrado’’ es que se ha acumulado un gas, el radón que desprenden de forma natural el cemento y otros materiales de construcción y que, en exceso, puede ser perjudicial. Abrir las ventanas media hora al día evita que su concentración sea excesiva.
Toma una taza de café, té blanco o té verde pero endúlzalo con estevia. Según un estudio de la Universidad de Barcelona, el consumo diario de una taza de café protege frente a ciertos cánceres. Del miso modo, se sabe que la sustancia antioxidante del té blanco y del té verde previenen la formación de tumores. Ten en cuenta, no obstante, que se ha demostrado que existe una relación entre el exceso de ingesta de azúcar y el desarrollo de cáncer. Si los endulzas con estevia el efecto protector será mayor por que se evitan las subidas y bajadas de glucosa... y el aumento de peso que, favorece el desarrollo de esta enfermedad.
Sustituye las sartenes en cuanto se deterioren o cómpralas sin teflón. Si el recubrimiento negro o gris va desapareciendo, no las uses porque ciertos materiales que se sospecha que son tóxicos se pueden desprender durante la cocción de los alimentos y llegar a tu organismo a través de ellos. Una vez no ocurre nada, pero si se repite sí puede influir.
No guardes el aceite que hayas usado, aunque parezca limpio. Científicos han detectado que en aceite recalentado siempre hay aldehídos, compuesto tóxicos sospechosos de estar tras algunos tipos de cáncer.
Si comes carne, marínala en cerveza antes de cocinarla. Al remojar la carne en esa bebida durante varias horas se reduce el número de cancerígenos (aminas heterocíclicas) que se pueden desprender durante su cocción a altas temperaturas.
Apoya la computadora portátil en la mesa o sobre una bandeja y no sobre las piernas. Un estudio de la universidad de Nueva York (E.U.) sugiere que si está en contacto con esa zona durante mucho tiempo puede predisponer a sufrir cáncer de ovarios o de testículos.