La belleza empieza por los pies. Para tener
unos pies bonitos debemos cuidarlos, ya que soportan todo el peso del cuerpo y
realizan una gran actividad a diario.
Nuestros pies están diseñados a soportar
nuestro peso mientras nos mantenemos en pie o nos desplazamos. A la vez, son un
elemento más a tener en cuenta en nuestra belleza, sobre todo en verano cuando
acostumbramos a lucirlos más al llevar un zapato descubierto.
Para hacer posible el trabajo que realizan,
los pies poseen una protección especial, en esta zona existen centenares de
capas de piel mientras que en el resto del cuerpo sólo tenemos unas veinte. Sin
embargo, esta protección natural no es suficiente y se necesitan una serie de
cuidados para lucir unos pies descansados y bonitos: elegir el calzado
adecuado, un poco de ejercicio (andar de puntillas, saltar a la comba, intentar
coger objetos con los pies o hacer rotaciones de tobillo) y asegurar su
hidratación están entre los cuidados fundamentales que necesitan.
A DIARIO
La humedad provoca que proliferen las
bacterias y pueden llegar a parecer problemas como el temido pie de atleta, por
eso es tan importante secar bien los pies tras el baño diario. Luego, es
necesario hidratar los pies tal y como lo hacemos con la piel del resto del
cuerpo. Podemos hacerlo tanto con una crema de durazno para pies.
Además, si tenemos problemas como durezas,
podemos aprovechar al salir del baño para frotar la zona con piedra pómez. De
esta manera, eliminaremos células muertas y la capa endurecida se irá afinando,
lo que ayudará a prevenir la aparición de las temidas grietas.