En civilizaciones como la egipcia, los médicos ya aprovechaban plenamente las capacidades terapéuticas de la arcilla, un remedio natural útil para tratar desde reuma hasta problemas de piel.
El uso de la arcilla para tratar múltiples dolencias se conoce desde hace siglos. Sus propiedades antiinflamatorias, calmantes, antisépticas y regenerantes la convierten en un tratamiento natural muy efectivo contra problemas articulares como reuma, afecciones de la piel (acné eccemas), infecciones que producen fiebre, problemas digestivos (gastritis, úlceras) y trastornos de tipo ginecológico (dismenorreas o problemas en los que haya inflamación y dolor).