ALIMENTO SANO
De ella se aprovecha todo: su pulpa es pura vitamina C; las partes blancas son ricas en fibra y su cáscara podría ser clave para reducir el colesterol.
Estamos tan habituados a verla en nuestros mercados y cocinas que muchas veces no le damos el valor que realmente tiene. La naranja, además de ser una estupenda aliada de las dietas bajas en calorías, tiene una larguísima lista de beneficios, por lo que deberíamos tomarla a diario, ya sea en jugo o entera.
HASTA LA PIEL ES BUENA
Reduce el colesterol... Los últimos estudios aseguran que la cáscara de naranja posee un potentísimo antioxidante que, combinado con vitamina E podría reducir el nivel de colesterol.
Y tiene carbohidratos. Estudios recientes atribuyen más propiedades a la pectina presentes en la cáscara de la naranja, donde también hay una carga muy importante de hidratos de carbono. Estas sustancias no son digeribles, pero favorecen el crecimiento de bacterias buenas en el intestino.
Regula la digestión. Un vaso de jugo recién exprimido o una naranja en ayunas combate el estreñimiento gracias a su contenido en celulosa. Si lo acompañas de dos o tres ciruelas secas, el efecto será más rápido
Ayuda a asimilar el hierro. Si padeces anemia y te han recomendado tomar ingredientes ricos en hierro, puedes acompañarlos de un buen jugo de naranja recién exprimido. Gracias a su contenido en vitamina C, (basta dos piezas para alcanzar la dosis diaria recomendada) tu organismo asimilara mucho mejor este mineral. Una recomendación más: cuela el jugo y tómatelo sin nada de pulpa en este caso (al ser rica en fibra, podría hacer que eliminaras parte del hierro consumido)
Aumenta el colágeno. Hay estudios que aseguran que tomar una naranja al día puede reducir hasta un 50% el riesgo de padecer tumores malignos en la boca, la laringe o el estómago. También podría disimular en un 19% la probabilidad de padecer un infarto cerebral. ES anticancerigena.