- Someter al niño a una evaluación médica por parte del pediatra o el médico de familia para determinar la causa y descartar posibles problemas físicos.
- Comenzar un programa de control del peso supervisado por un profesional.
- Cambiar los hábitos alimentarios: hacer una selección de los alimentos que se pueden comer, controlar las porciones, comer despacio, etc.
- Los padres deben controlar lo que comen sus hijos fuera de casa. Limitar las meriendas y no utilizar alimentos como premio.
- Se debe concienciar al niño de lo importante que es el desarrollo de una actividad física para su bienestar general, ya no sólo en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad sino también en la aparición posterior de enfermedades crónicas, como cardiopatías, diabetes, hipertensión, osteoporosis, cáncer, etc.
Estudios significativos han demostrado que la obesidad acorta la esperanza de vida, por lo cual la próxima generación gozará de una vida más corta, o de menor calidad de vida, en tanto la epidemia sigue avanzando
Ante una dieta de reducción de peso o adelgazamiento durante la infancia se debe de tener mucho cuidado, y nunca realizar dietas muy restrictivas, puesto que el niño se encuentra en una etapa de crecimiento y desarrollo.