En los casos en los que son crónicas, pueden estar provocadas por factores genéticos, por la acumulación de líquidos o por la presencia de grasa localizada.
Si se debe a una retención de agua son un síntoma de la incapacidad del riñón de eliminar y drenar el exceso de líquido corporal. Se suele manifestar por la mañana al levantarse y se acostumbra a padecerlas si se duerme en exceso en una posición que favorece el flujo de los líquidos hormonales hacia la cabeza. Por ello, es recomendable que duermas con una almohada para elevar el cráneo. Consume alimentos diuréticos que faciliten la función de los riñones (maíz, aràndanos, espárragos).
También te puede ser de ayuda darte masaje a diario para disminuir el tamaño de las bolsas y lavarte la cara con agua muy fría para activar la circulación.