Seguramente cuando escuchas que alguien está resfriado o con gripe el consejo general suele ser, toma muchas frutas que contengan vitamina C, un jugo de limón con miel y otros remedios.
Lo cierto es que además de sus maravillosos efectos con respecto a las enfermedades, la vitamina C interviene en la formación del colágeno, proteína que alimenta, refuerza y mantiene unidos los tejidos del cuerpo. También ayuda a que nuestros huesos, dientes y tejidos sean fuertes y sanos, y con más razón en el caso de los niños, que están en una etapa de desarrollo.
Funciones
Interviene en la formación de colágeno, en la síntesis de hormonas esteroideas y en el metabolismo de las grasas (lípidos)- Mejora la cicatrización de heridas y reduce los síntomas provocados por reacciones alérgicas.
- Participa de forma activa en los procesos de desintoxicación que se producen en el hígado.
-Actúa en el organismo como trasportadora de oxígeno e hidrógeno y tiene efectos antioxidantes contra la acción nociva de los radicales libres, relacionados con el desarrollo de diversas enfermedades como la aparición de tumores y cáncer.
- Aumenta la absorción, por parte del organismo, del hierro que se encuentra en los alimentos, etc..
La vitamina C se encuentra casi exclusivamente en frutas y verduras. Los alimentos en los que abundan son: la guayaba, el kiwi, el mango, la piña, los cítricos(limón, toronja, naranja), melón... jitomate, pimientos, coles de bruselas, coliflor y espinacas.
Para aprovechar al máximo el contenido en vitamina C de los alimentos, es necesario que los protegas de la luz, la temperatura y del oxígeno del aire, ya que estos factores la destruyen. Un jugo de naranja natural pierde su contenido de vitamina C a los 15 ó 20 minutos de haberlo preparado y también se pierde en las verduras cuando las cueces.
La vitamina C también se conoce como ácido ascórbico y es una vitamina soluble en agua, por lo que te sugerimos ingerirla a través de la dieta todos los días.