¡Dale las herramientas necesarias a tus hijos para que nunca se rindan!

El fracaso es parte de la vida; desde ahí aprendemos y desde ahí nos volvemos más fuertes. Los bebés parecen tenerlo muy claro: se mantienen permanentemente enfocados en su objetivo, trabajan duro para conseguirlo, desafían continuamente los obstáculos, son persistentes (se mantienen intentando una y otra vez no importando cuantas veces fallen); luchadores incansables, no se detienen hasta que lo consiguen y entonces… aparece una nueva meta y el ciclo se repite….Y en solo un año pasan tantas cosas!. Si no fuera de esa forma, un bebé jamás lograría gatear, caminar o hablar, por ejemplo.


Desafortunadamente a medida que crecemos parecemos ir perdiendo esa maravillosa capacidad de enfrentar el fracaso y seguir intentando ignorando la frustración que nos genera. Pronto nos damos cuenta de que hay seres maravillosos que están dispuestos a cualquier cosa por ayudarnos a lograr lo que deseamos tratando de que no tengamos que esforzarnos demasiado ni lidiar durante mucho tiempo con las emociones negativas que nos trae la derrota. ¿Cómo hacemos para enseñar a nuestro hijo que debe seguir apostando por el esfuerzo? Te decimos cómo enseñar a los niños a no rendirse.

6 consejos para enseñar a los niños a no rendirse
Enseñar a los niños a no rendirse

Entonces de pronto ese bebé invencible se convierte en un niño que se resiste a volverse a subir a la bicicleta después de la primera caída. Obviamente hay muchas variables que influyen en nuestra forma de ir enfrentando el fracaso a medida que crecemos como nuestro propio temperamento, nuestras experiencias y especialmente la forma en que nuestros padres, maestros de vida, nos alientan en esos momentos a seguir intentando o nos consuelan y cambian la actividad por algo menos retador.

A continuación, algunos consejos para ayudar a nuestros hijos a volver a ser aquellos bebés incansables que no se dejaban derrotar tan fácilmente:

1. Déjalo hacer las cosas por sí solo: Es importante mantenernos cerca y alentarlos a hacer por primera vez aquellas cosas que les causan temor o incertidumbre. Déjales pensar, idear y resolver solos las situaciones que sean posibles, trata de no sobreprotegerlos ni ahorrarles esfuerzo. Entre más problemas tengan que resolver y nuevas situaciones afrontar, mejores habilidades de logro y de tolerancia a la frustración desarrollarán.

2. Enséñales con el ejemplo: Si nosotros tenemos dificultad en manejar nuestras emociones ante el fracaso, nos frustramos terriblemente cuando algo no sale como esperamos y abandonamos el objetivo, ese será el patrón que nuestros hijos seguirán no importa cuánto les tratemos de explicar lo contrario. Ellos aprenden de nuestro ejemplo, no sólo de nuestras palabras.

3. Ayúdale a desarrollar su “tolerancia al esfuerzo”: Es importante ayudarles a entender la relación entre el esfuerzo y los buenos resultados. Cuando se trate de un objetivo ambicioso, ayúdale a alcanzarlo a través de pequeñas metas que sean realistas y que irán dándole seguridad. Aliéntalo a seguir, aunque haya fallado y celebra con él los pequeños triunfos.

4. Enséñale a descubrir las enseñanzas de los fracasos: Cuando esté frustrado o triste porque algo no resultó como esperaba ayúdale a descubrir las pequeñas lecciones que le dejó este intento. Por ejemplo, si tuvo una mala nota en un examen ayúdale a analizar el tipo de errores que cometió y a ver esto como algo que le ayudará mucho la próxima vez.

5. Déjalo que se frustre: Aunque detestamos ver a nuestros hijos tristes o enojados, no por eso debemos ceder ante todos sus deseos. Esto solo hace que la próxima vez ante una situación similar su reacción sea más intensa y su frustración mayor. 

6. Ayúdale a ver los fracasos de forma distinta: Si desde que son pequeñitos les hacemos ver a través de cuentos, anécdotas y de sus propias experiencias que es “normal” equivocarse, que para lograr hacer algo difícil hay que recorrer un camino y realizar una serie de intentos de los que se va aprendiendo, ayudaremos a que tengan una mucho mejor forma de enfrentar el fracaso y perseverar.  Si nos dice llorando “no puedo”, debemos contestarle tranquilamente que esta vez no ha salido bien (y puede que tenga que intentarlo muchas más), que es normal y debe tener paciencia, pero que si sigue intentando pronto lo conseguirá.

Hay muchas historias que nos pueden servir para ilustrarles a nuestros hijos la forma en que el fracaso es parte de la vida y cómo debemos enfrentarlo. ¡Podríamos empezar por enseñarles sus fotos de bebes y contarles su propia historia!