El día de ayer fui a una comida familiar y platicaba con uno de mis primos que no quiso comer por que, para el, los alimentos tenían un sabor muy fuerte a ajo. Le comentaba que el ajo tiene un efecto antioxidante y ayudan a proteger el cuerpo de los efectos dañinos de los radicales libres. ¿Lo sabían?
Otra de las propiedades del ajo ayuda a disminuir el colesterol LDL (colesterol malo) y previene que este se adhiera a las paredes arteriales con lo cual se disminuyen las obstrucciones arteriales o arteriosclerosis que es la base de la mayoría de infartos al corazón y derrames cerebrales.
Luis Pasteur demostró en 1858 que las células bacterianas morían al ser saturadas con ajo, y en la segunda guerra mundial el ajo fue utilizado para tratar a los heridos en batalla. El ajo no solo es conocido por sus propiedades antibacterianas, también posee propiedades antivirales y fungicidas.
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