Una
deficiente protección inmunológica nos hace más vulnerables a las infecciones,
como procesos catarrales o gripales recurrentes, tan frecuentes en esta época.
Junto a la adopción de una dieta adecuada, rica en vitaminas, sales minerales y
alimentos antioxidantes, la ayuda de determinadas plantas medicinales puede ser
una buena solución para fortalecer las defensas. Es el caso del género de
plantas conocidas bajo el nombre común de equinácea.
Los
indios nativos de Norteamérica ya conocían sus valiosas virtudes y, entre
otras, la utilizaban para curar las mordeduras de serpiente y las heridas
infectadas. Hasta el año 1930 fue el remedio de elección para el tratamiento de
los resfriados en EE.UU. Hoy, es uno de los géneros de plantas mejor estudiados
y documentados, por la importancia que tiene su capacidad para impedir el
desarrollo de las infecciones. La composición química varía de una especie a la
otra, aunque poseen parecidas propiedades. En concreto, las propiedades de sus
componentes han demostrado reducir hasta un 58% la posibilidad de acatarrarse
así como disminuir en día y medio la duración de la enfermedad, según un
estudio publicado por la revista The Lancet en 2007.
La
equinácea ejerce una potente acción inmunomoduladora capaz de estimular y
fortalecer las defensas naturales del organismo, ayudando sensiblemente a hacer
frente a las enfermedades infecciosas en general. Está especialmente indicada
en la prevención y el tratamiento de infecciones respiratorias, resfriados y
procesos gripales. Es un remedio a tener en cuenta, sobre todo, por los grupos
que se encuentran más vulnerables ante la enfermedad como niños, convalecientes
y personas mayores.
Te
recomendamos el extracto fluido de Equinacea compuesto de la línea Medinatural,
toma 25 gotas en un vaso con agua después de cada comida, por un periodo de
tres semanas.