CONTROLA LAS
PAPAS FRITAS, LAS GALLETAS...
La
acrilamida es una sustancia potencialmente cancerígena
que se produce cuando alimentos ricos en hidratos de carbono se fríen, tuestan
o asan a temperaturas elevadas (120grados centígrados o más). Por eso es fácil
encontrarla en las papas fritas (caseras y de bolsa), galletas, pan y cereales
tostados...
La
industria alimentaría investiga cómo evitar que esta
sustancia aparezca al procesar los alimentos. De momento no han dado con la
solución así que lo mejor es limitar estos productos y, en casa, no cocinar
mucho los que sean ricos en almidón y optar por técnicas sencillas (vapor,
hervido, salteado)
MEJOR SIN
ALCOHOL
La
relación entre el cáncer y el alcohol (excepto el vino
tinto) esta demostrada. ¿Los motivos? Devora nutrientes (vitaminas,
minerales...) que te protegen del cáncer y te deja sin defensas. También afecta
a hormonas como los estrógenos, asociados al cáncer de mama.
SAL LA JUSTA
Es
necesaria (y buena) para el organismo, siempre que no
se sobrepasen los 5g diarios. Excederse no solo provoca problemas
cardiovasculares, también se asocia con el cáncer de estómago.
EVITA
BEBIDAS MUY CALIENTES
Tomar
líquidos a altas temperaturas aumenta el riesgo de cáncer de la cavidad oral,
faringe y esófago. Lo mejor beberlos a temperatura ambiente.
MENOS
ADITIVOS
Los nitratos
y los nitritos se usan como conservantes en vegetales y embutidos. En principio
no son dañinos, pero durante la digestión se convierten en nitrosaminas capaces
de dañar el ADN celular.
Evitarás la
formación de estos compuestos si tomas alimentos crudos ricos en vitamina C o
ajo.
BARBACOAS Y
FRITURAS SOLO AVECES
Cuando
sometes un alimento a altas temperaturas hasta el
punto que se quema, se forman sustancias muy tóxicas, los hidrocarburos
aromáticos, que son cancerígenos. Por tanto, no es recomendable abusar de la
parrilla o la barbacoa a la hora de cocinar. Y si recurres a estas técnicas
puntualmente procura no quemar el alimento o en todo caso retira la parte
quemada antes de comerlo.
Ten en
cuenta también que el humo que emanan algunas frituras
de productos cárnicos pueden contener sustancias que favorecen el desarrollo de
tumores, como por ejemplo las aminas heterocíclicas que son unos compuestos que
se concentran sobre todo en las partículas que quedan flotando en el aceite.
Así que lo mejor es recurrir a otras técnicas como el asado o la plancha.