En homeopatía hablamos del Simillimum para referirnos al
remedio cuya tipología, síntomas y dolencias y características generales
coinciden con un paciente concreto. Cuando leyendo remedios homeopáticos
reconoces claramente a alguien de tu círculo cercano en la descripción de la
tipología, síntomas y características, probablemente ese medicamento sea su
simillimum.
Pero no debemos obsesionarnos con ello, por varios motivos:
– Existen más de 3000 medicamentos estudiados y cientos de
miles de elementos de la naturaleza del mundo vegetal, animal y mineral de los
que no se conocen sus propiedades.
– Todos tenemos varias facetas diferentes que podemos ver
identificadas en dos o más remedios.
– A menudo una afección determinada viene provocada por
actitudes puntuales en nuestra vida y cuya solución está en algún medicamento
que no es nuestro Simillimum.
– Así pues, en la mayoría de los casos cada persona logra
con uno, dos, tres o cuatro remedios, cubrir la totalidad de síntomas
habituales y mantener un buen estado de salud sin necesidad de fármacos
alopáticos.
Dicho esto, lo primero que debemos hacer para encontrar
nuestro simillimum, o en su lugar dos o tres remedios que juntos cubran el conjunto
de síntomas, características y tipología nuestra, es coger papel y lápiz y tomar nota de
nuestros síntomas, pasados y presentes, con especial atención a los que se
repiten con cierta frecuencia (dolores de cabeza o musculares, problemas de
estómago, etc.), así como de nuestras características generales (frío o calor,
gustos y aversiones por la comida y bebida, cuando mejoran y cuando empeoran
los síntomas, etc) y también de tu tipo de caracter y estado emocional
habitual. Accede desde aquí a un listado de cuestionarios homeopáticos, si
quieres profundizar más.
Existe un programa on line que, a pesar de haber tenido
alguna crítica en los comentarios, te orienta sobre los remedios que más
similitudes presentan con los datos que vas introduciendo. Léelo pinchado aquí.
También es necesaria una buena dosis de humildad y
autoconocimiento para identificar correctamente la parte sicológica de la
tipología que se describe en cada remedio, ya que lo habitual es que en este
plano rechacemos y neguemos aquello que realmente nos afecta.
Por supuesto también debes tener en cuenta que lo que se
expone en cada remedio es lo que se denomina “patogenesia”, es decir todo lo
malo que se puede padecer siendo dicho medicamento el adecuado para una
persona. Podrás identificarlo por uno o unos pocos síntomas, pero sobre todo
por las coincidencias en la tipología y las características generales, o en
todo si das con tu Simillimum. Pero no debes esperar coincidir con todos los
síntomas.
Si no es así, busca dos o tres remedios que cubran todos los
síntomas y que sientas cercanos a tu forma de ser, ya sea en la tipología o en
las características generales. Utiliza ABC Homeopatía para conseguirlo.
Inicia, si no lo tienes ya, tu cuaderno homeopático anotando
todos los datos que hemos comentado, así como los remedios escogidos y la
dilución y frecuencia con la que vas a tomarlo, que puedes orientar según estos
criterios generales:
– Si el remedio escogido se ajusta a unos síntomas agudos,
concretos y habituales cómo dolores de cabeza, musculares o de estómago,
menstruales o de garganta, tómalo a la 5 o 7 ch, 3 gránulos cada 15 o 20
minutos y ves espaciando la toma cuando mejores y dejándola de tomar cuando
finalice el malestar.
– Si el remedio escogido es similar en cuanto a unos
síntomas físicos no agudos, cómo acné y otros problemas de la piel,
estreñimiento, etc. tómalo a la 9 o 15 ch, 3 gránulos por la mañana y 3 por la
noche.
– Si has escogido el remedio por los síntomas sicológicos
descritos, como ansiedad, miedos, estrés o apatía, tómalo a la 30 ch 3 gránulos
una vez cada dos o tres días.
Prueba cada uno de los remedios por separado, dejando unos
días sin tomar nada entre ellos para poder apreciar por separado sus efectos, y
anota en tu cuaderno todas las mejorías y cambios que observes. Cuando
compruebes que uno o más remedios son realmente efectivos en tu mejoría, toma
nota de la dilución administrada y una vez finalizado el tratamiento (cuando
desaparezcan los síntomas sean físicos o sicológicos), de cara al futuro, cada
vez que necesites de nuevo volver a tomarlo, házlo a una dilución mayor,
siguiendo la siguiente escala: 5, 7, 9, 15 y 30 ch.
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homeopatía en ámbito familiar?
Lo último que te queda es leer, leer y leer remedios y
remedios, orientándote por los principales síntomas que hayas determinado,
viendo qué medicamentos se repiten síntoma a síntoma y con cuales te sientes
más identificado. Escoge entre uno y cuatro, cuanto menos mejor y empieza a experimentar
en ti mismo con aquellas dolencias menores. Para cualquier enfermedad o
situación crítica busca siempre a un profesional de la homeopatía.