La dieta anti-cáncer que más te protege (parte 1)


Tu cuerpo genera cada día millones de células anormales que podrían convertirse en un tumor, pero su sistema de defensas las detecta y las destruye antes de que lleguen a multiplicarse desarrollando un cáncer. Así trabaja un cuerpo sano, pero está demostrado que una dieta desequilibrada puede invertir ese funcionamiento.


MODERA LAS CARNES GRASAS 

Comer a diario carne de ternera, cordero o cerdo aporta un exceso de proteínas animales, grasas saturadas, colesterol y calorías a tu dieta. Un cóctel que no solo dispara el riesgo de trastornos cardiovasculares y obesidad, también predispone a sufrir cáncer. Cada vez son más los estudios que demuestran que su abuso favorece los tumores de colón, mama y páncreas.

No se trata de que excluyas la carne roja de la dieta, pero sí debes moderar su consumo (una vez a la semana) y optar por las piezas que contienen menos grasa. Y procura acompañarlas de alimentos ricos en fibra (la carne roja provoca estreñimiento favoreciendo la acumulación de sustancias cancerígenas en el intestino) o que ayuden a digerir las grasas, como la berenjena.


AZUCAR REFRESCOS...

No hay que abusar del azúcar simple (el de mesa) ni el de los alimentos procesados que lo contienen (refrescos, cereales para el desayuno y lácteos azucarados) Además de calorías vacías, estos alimentos llegan a las células en forma de glucosa. Y se sabe que los tumores necesitan glucosa para crecer.


PLÁSTICO O EL ‘’MICRO’’

Usa siempre recipiente de vidrio o loza para calentar o cocinar alimentos en el microondas. Ten encuentra que el plástico, a altas temperaturas, desprende tóxicos. Y lo que calientas en una comida grasa todavía peor porque se liberan dioxinas, una sustancia altamente cancerígena.