A diario nos llenamos de polvo, bacterias, suciedad y contaminación y no lo notamos pues todo se va acumulando en nuestros poros, pero basta con que hagas la prueba al finalizar el día: aplica una crema limpiadora en tu rostro y retírala con un algodón, para que veas el tono que toma, que varía desde un tenue beige hasta un color marrón oscuro... y eso es lo que nos dejamos a diario en nuestro rostro.
Aunque no te maquilles, es importante que aprendas a retirar todo la suciedad que puedas tener en tu piel, puesto que el dejarle toda esas impurezas hace que pierda elasticidad, brillo, vida y que envejezca con notable facilidad. Para mantener tu piel con una apariencia envidiable, nosotras te recomendamos que la limpies profundamente siguiendo los consejos que acá te presentamos.
Para empezar, debes saber cuál es tu tipo de piel para tratarla de la mejor manera y poder escoger los productos más adecuados, así podrás evitar que te dé alguna reacción alérgica y que se te maltrate el cutis. ver artículo
Sabiendo esto, procede de primero a desmaquillar los ojos (pestañas y párpados). Aplica un poco de desmaquillador sobre un algodón y pásalo sobre los párpados y pestañas. Retira el producto con un algodón totalmente limpio. Repite el proceso hasta que no salga ningún residuo de maquillaje.
Luego sigue con tu boca. Pasa un algodón con crema desmaquilladora sobre tus labios, desde la comisura hacia el interior para no manchar el resto del rostro con el color de tu labial.
Después desmaquilla tu rostro y cuello. Aplica el producto con tus dedos y haciéndolo de forma circular, esto para que la crema se mezcle con el maquillaje o suciedad que tu cara contiene. Retira el producto con un algodón hasta retirarlo todo. Repite el proceso hasta conseguir que el algodón salga sin suciedad.
Una vez que termines de retirar la crema de tu rostro, lávate con agua y es recomendable que te pases un esponjita o un cepillito SUMAMENTE suaves para terminar de retirar cualquier impureza. Seca tu rostro con una toallita desechable, colocándola sobre la piel, hasta que absorba toda el agua. No la restriegues. También puedes utilizar una toalla o paño, siempre y cuando utilices el mismo procedimiento.
Luego aplica el tónico con ayuda de un algodón y finaliza secando tu rostro con una toallita desechable, presionándola hasta que absorba el agua, sin restregarla.
Si sigues este procedimiento todos los días, notarás la diferencia en tu rostro y te ahorrarás muchos años de arrugas y envejecimiento prematuros.
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